jueves, 11 de agosto de 2011

COMO PÁJAROS PERDIDOS (JAIME SABINES)

COMO PÁJAROS PERDIDOS
I
La canción no es el canto. Al canto lo conocen los mudos.
II
Creíste que podrías burlar a tu destino? El mar arroja los ahogados prematuros y la muerte no abre sus puertas sino a la hora precisa.  
Tu cadáver te ha de alcanzar, no tengas cuidado.
III
Tengo hambre. Es necesario que me ponga a ayunar. 
VII
Te dicen descuidado por que están acostumbrados a los jardines, no a la selva. 
IX.
En la tarde quieta las sombras de los árboles juegan a esconderse. En mi corazón juegan las penas, los sueños, los deseos. 
X
Se tiró a bucear en lo profundo del lago y andaba a tientas entre las algas y los peces, mientras arriba el viento, cómplice del sol, se llevaba doradas monedas hacia el campo. 
XII
El secreto de Dios:
Acercó sus labios a mi oído
y no me dijo nada.
 
XIII  
Por el ojo de la llave no vas a ver nada en el cuarto a oscuras. Tira la puerta!
XIV
El piquete de una mariposa es más peligroso, mucho más que el de una víbora.  
XVI 
Estoy harto de los poetas y de las quinceañeras. Siempre están ensayando su vals de presentación en sociedad.
XVII
El ratón se quejaba en su agujero: No me importa comer trigo, migajas de pan o granos de maíz lo que no soporto del mundo es esta opresión y esta oscuridad. 
XIX
Como ahora no hay maestros ni alumnos, el alumno preguntó a la pared: ¿qué es la sabiduría? Y la pared se hizo transparente.
XXI
En el capullo de tu ausencia crece mi corazón. Larva de ti?
XXV
Con el calor han reventado las moscas. Hay un zumbido de pétalos negros, insistentes picaduras al aire, pieles enmelazadas, horas lentas y torpes en el mismo lugar. Las moscas dan calor, gotas negras y quietas de calor. Entre miles de patas revienta el calor. 
XXVI
Se puso a desprender, una tras otra las capas de la cebolla, y decía: He de encontrar la verdadera cebolla, he de encontrarla! 
XXXIII
Derribé la pared más oculta de tu alma y fui a dar al patio de un alma vecina. Derribé otras paredes y siempre encontré acute; con que detrás de un alma hay otras, muchas almas. Por eso pienso que las almas no existen. 
XXXVII
Cual es la diferencia entre los dos o tres días de la mosca y los doscientos años de la tortuga? 
XXXVIII
El infame despertador, estrellado sobre la pared, hecho pedazos, repiquetea todavía, brinca de un lado a otro, gozoso, perverso, vengativo.


2 comentarios :

Karla Aranda dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Karla Aranda dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.